De repente me percaté de la situación. Y no recuerdo cómo llegué a estar acá... Como si recién estrenara mi conciencia, como si estas palabras que digo fueran el primer producto de mi mente. La lógica falla, no encuentro una cadena de derivaciones causales posible que me lleve a este instante que vivo. Pero adentro mío, muy adentro, siento que nací para esto. Todo mi ser está dispuesto, como en espera... y lo escucho en eco.
Siento el instante que pasa. La mínima fracción de tiempo. Lo siento, sí, pero dudo que sea yo el que está acá y el que está viviendo esto... ¿Cómo sé que no es una mera imagen, una sombra, una gota de conciencia derramada sobre un recuerdo, o una ilusión? Pero se siente tan real. Tan real que vibra todo mi ser, o esto que ahora me toca. Y, en todo caso, ¿Estoy seguro de que ese instante pasó, de que aquello ya no es más, y que esto que vivo lo desplazó al amplio rincón de lo que era? ¿El movimiento me indica el paso del tiempo, o son tan sólo las explosiones químicas en mi cerebro que me dan esa ilusión de continuidad, de sentido, de causa y efecto, de inevitable y casi burdo devenir?
No sé... La verdad es que no lo sé. No hallando la posible causa para este efecto, dudo de que lo mismo que veo, siento y soy, esté de veras siendo visto, sentido, o portando un ser de alguna manera. Pero cuando se duda de todo, sólo resta la meta-duda. ¿Me importa acaso que esto sea ilógico? ¿Me afecta en algo, le resta realidad a todo lo que me traspasa en este momento?
No sé...
Sólo sé que estoy acá... Yo estoy acá, y vos ahí. Tus labios, abiertos; tu cuerpo, en suave camino hacia mi. Y ya abandono la lógica, me entrego a lo que siento. El calor de tu piel, apenas apoyada sobre mi brazo izquierdo, y luego el derecho. Abro también mi boca para sellar ese beso que me toca tan ilógica como necesariamente.
muy bueno. Me encantó el final.
ReplyDelete